EMPEZAMOS A EDUCAR
IDEAS BÁSICAS
En esta primera propuesta, pretendemos presentaros de forma resumida unas primeras ideas que nos parecen básicas para tener en cuenta en todo el proceso educativo de nuestros hijos.
Cuando un niño nace, no sabe jugar, estudiar, pensar, prestar atención, hablar… Todas estas habilidades y conductas y la inmensa mayoría de las que un niño/a manifiesta las va aprendiendo a lo largo de los días y los años.
Las rabietas, agresiones, miedos, timidez, desobediencia, problemas con las comidas o con el sueño… y la mayoría de los problemas de conducta que presentan los niños/as durante el desarrollo de su personalidad, también los aprenden, no nacen con ellos.
Jugar, pensar, tener miedos… y la mayoría de lo que un niño hace, piensa y siente son conductas aprendidas.
Ningún niño/a nos llega con libro de instrucciones que podamos seguir al pie de la letra durante su proceso de desarrollo, pero sí que pensamos que estas ideas que os proponemos pueden ayudaros a tomar decisiones concretas en el día a día e incluso pueden servir de pistas para resolver problemas concretos que se nos van presentando.
- DEBEMOS SER EJEMPLO POSITIVO
Los padres, lo queramos o no, somos siempre el ejemplo y el espejo en el que se reflejan los niños/as. Nos observan siempre y siempre aprenden de nuestras actitudes, reacciones o de cómo resolvemos determinadas situaciones.
Como padres, estamos obligados a ser un ejemplo positivo para nuestros hijos, porque de nuestro ejemplo aprenderán, para bien o para mal.
- ACUERDO ENTRE AMBOS PADRES
Nuestro hijo/a tiene que recibir el mismo mensaje de papá y de mamá. Cada uno podrá tener su propia forma de pensar, pero finalmente el mensaje educativo, las normas y límites, tienen que ser los mismos. Si nuestro hijo/a recibe mensajes contradictorios, primero se desconcertará y después intentará sacar partido al desacuerdo.
Debemos evitar desautorizar lo que cualquier miembro de la pareja ha dicho delante del niño/a, evitar discutir las normas delante de ellos, criticarnos con ellos presentes o incumplir los acuerdos con la apostilla “que no se entere papá o mamá”. En otros casos, el desacuerdo se manifiesta cuando uno de los miembros se desentiende y es el otro el que tiene que asumir todo el peso de la tarea de educar.
Conseguir acuerdo supone que tenéis que negociar, reflexionar juntos antes de tomar las mejores decisiones… en definitiva “ir a una”.
- ENSEÑANZA DIRECTA
La mejor forma de educarles es enseñarles directamente lo que queremos que hagan, cómo deseamos que se comporten o actúen en determinadas situaciones.
La gran mayoría de los padres utilizamos esta técnica para enseñar a nuestros hijos, desde bien pequeños, por ejemplo, el significado de los semáforos. Lo mismo debemos hacer con otras normas, costumbres y actitudes.
Es importantísimo que nuestros hijos/as sepan lo que esperamos de ellos/ellas
- ESTABLECER NORMAS Y LIMITES
Los niños/as deben conocer un mínimo de normas y límites claros y concretos. Las normas y límites son como las “reglas de juego” dentro de las cuales pueden actuar. Las normas dan seguridad y además forman parte del funcionamiento básico de nuestra sociedad y de nuestra cultura.
Suelen estar referidas a la propia seguridad, “la calle se cruza cogido de la mano”; respeto a tiempos y horarios, “después del parque viene el baño”; relación con las personas, cuidado de objetos, etc.
Estarán adaptadas a la edad, a la capacidad de cada niño y a las circunstancias.
- EL INCUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS DEBE TENER CONSECUENCIAS
Si establecemos unas normas y límites estamos obligados a ser coherentes y procurar su cumplimiento. Si no cumplen las normas debemos adoptar medidas para que su incumplimiento tenga consecuencias.
Si no hay consecuencias, las normas y los límites dejan de ser efectivos, se disipan y pierden su función. Peor aún es cuando de forma arbitraria, unas veces tienen consecuencias y otras no.
Las medidas que se suelen adoptar cuando las normas se incumplen serán progresivas y pueden ser llamar la atención, regañar, reparar los daños, condicionar el poder realizar determinadas actividades o conseguir determinados objetos o privilegios.
- DEBEMOS REFORZAR LAS CONDUCTAS ADECUADAS
El refuerzo positivo de las conductas y actitudes adecuadas (de las que previamente les hemos explicado que esperamos de ellos/ellas) es una de las medidas educativas más eficaces. Cuando reforzamos, ponemos toda nuestra atención en la conducta adecuada y les enviamos el mensaje de “así es como esperamos que actúes la próxima vez”.
Las formas de reforzar son variadas. Una de las más eficaces suele ser prestar especial atención al comportamiento adecuado. Curiosamente muchos padres confesáis prestar más atención a vuestros hijos cuando el comportamiento es inadecuado.
El elogio y la aprobación también es muy efectivo. Lo mismo sucede con asociar el hecho de disfrutar de determinados privilegios, actividades u objetos a comportamientos adecuados: “cuando hagas esto, puedes hacer lo otro”, es una buena medida…
- HABLAR CON ELLOS/ELLAS
Hay que comenzar siempre tratando de hablar y razonar con ellos/ellas…Las normas y límites no son caprichos personales, tienen su razón. La mayoría de los niños suelen acatarlas cuando se les razona.
Hablar con ellos, explicarles los motivos de la actuación, lo que se espera de ellos, (como ya hemos indicado) es una pauta fundamental.
- HAGAMOS TODO LO ANTERIOR CON AFECTO
Las relaciones con nuestros hijos/as son básicamente afectivas. El afecto y su demostración debe estar siempre presente en sus distintas manifestaciones: abrazos, besos, caricias… pero también es afecto escucharlos, dedicarles tiempo, tener detalles, tener paciencia.
Pero quererlos no es darles todo lo que piden. El afecto no excluye que se adopten medidas, que se les corrija, que se les exija o que se les entrene en que muchas cosas necesitan esfuerzo para conseguirse.